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Microrrelato “Mensaje en una botella para mi suegra”

Se que llegara ese momento y cuando ocurra estaré aquí, tan cercano, como si nunca me hubiera ido.

Como cada año le hice llegar su regalo, este año le tocaría su duro corazón con una magnífica caja de vinos, de esos con los que puedes tumbarte a reflexionar con una buena música de fondo o disfrutar de una buena compañía. El regalo iba acompañado de una breve nota que decía: Por favor, ¡llámame! Te echamos mucho de menos.

El día a día siempre era especial junto a él, pero nos faltaba algo, la aprobación de ella. Había sido tan importante en nuestras vidas que no concebíamos conformarnos sin su presencia. Ese no era nuestro destino.

Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo. Sonreí y cogí el teléfono temblando. Había llegado el momento, era la hora, por fin mi suegra nos concedería la oportunidad de expresarle el amor que nos unía, el amor entre dos hombres.

Ella es especial, por eso había sido como una madre para mí durante tantos años, sólo necesitaba tiempo para afrontar la nueva situación, que no había intuido y, que más tarde confesaría que le había quedado grande.

Llaman al timbre, dijo nervioso. Era ella, tan puntual como siempre. Abrimos y allí estaba, serena pero nerviosa. Habían pasado 3 años desde la última vez que nos vimos, 3 años que su rostro no reflejaba, estaba tan guapa como siempre.

Nos miro avergonzada y las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas cuando instintivamente nos fundimos en un largo y tierno abrazo que representó el principio de nuestras nuevas vidas juntxs.

Este Microrrelato participa en un concurso organizado por turismodevino.com

By Galocha

Publicado por Miriam Gómez Galocha

Pedagoga, sexóloga y feminista.

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