¿Se puede buscar el deseo sexual? La respuesta corta es sí, se puede. Si quieres saber un poco más sobre ello quédate que te lo cuento.
El deseo sexual quizás sea uno de los mecanismos más desconocidos de nuestra sexualidad. La falta de comprensión y de conocimiento sobre cómo funciona se traduce en una alta incidencia de consultas en terapia sexual, en torno a un 35%-40%.
¿Qué es realmente el deseo sexual tal y como lo entendemos desde la sexología moderna? El deseo sexual es entendido como una emoción. Es la emoción que nos motiva a tener sexo.
Desear algo es imaginar un acto futuro que permite lograr la satisfacción del deseo.
Jose Antonio Gil Verona – Neurobiología del deseo
Masters y Johnson no contemplaron el deseo sexual en su modelo de respuesta sexual humana, no fue hasta 1978 que H.S Kaplan lo introdujo en la ecuación de la respuesta sexual, situándolo como primera fase.

Con este descubrimiento abrimos una nueva etapa a la hora de mirar las relaciones. Con la validación del deseo como la primera fase de la respuesta sexual humana. Siendo el deseo una emoción que se puede educar, cultivar, controlar… pasamos de un modelo cuyo centro de la sexualidad era genital a un modelo cerebral.

Cómo funciona el deseo sexual
El deseo sexual se construye a través de los sentidos; se caracteriza por las sensaciones, pensamientos, impulsos, emociones y energías que vienen de los sentidos y produce la atracción y motivación sexual necesarias como para mostrar intencionalidad en una conducta sexual.
Es curioso cómo dedicamos, en general, mucho más tiempo a estudiar las formas de recuperar el deseo y los motivos que lo inhiben para deshinibirnos que en entenderlo y cultivarlo para no perderlo.
No es suficiente querer sentir deseo
Si recordamos que el deseo sexual es una emoción lo que lo va a matar es la falta de estímulos recibidos.
No es suficiente querer sentir deseo, hay que hacer algo para ello. Las emociones se pueden entrenar y cultivar. Lo ideal es tener presentes que somos seres sexuados e incluir en nuestra vida diaria elementos que lo refuercen. Hablar de sexo, leer erótica, crear fantasías y vivirnos como personas sexuadas en todos las dimensiones son algunas de las cosas que podemos hacer.
Disfrutar de nuestro cuerpo y sexualidad de manera consciente. Estimular nuestros sentidos, el visual, el olfativo, el gusto, el oído y el tacto.
El deseo sexual puede aparecer de manera espontánea como respuesta a un estímulo y también podemos activarlo nosotras. Recordemos que podemos controlar la mente y esta controla el cuerpo. Por lo tanto el deseo sexual se puede buscar, se puede trabajar.
El deseo sexual no solo se pierde por rutina y falta de motivación sino que también puede haber sido inhibido. Es muy habitual, sobre todo en mujeres, recibir una educación castrante cuyo función principal es inhibir el deseo sexual para que no inicie una respuesta sexual. Por suerte y aunque se necesita mucho tiempo y trabajo esta situación se puede revertir.
Mi propuesta es la de cultivar Deseo sexual y Erótica personal
Una vez que comprendamos qué es el deseo sexual y que se puede trabajar la cuestión es querer hacerlo. La mejor manera de mantener una motivación para trabajar el deseo sexual es hacerlo por y para una misma.
Sentirnos como una persona sexuada de manera consciente y empezar a disfrutar de nuestro cuerpo es una forma de mejorar nuestras vidas muy barata y está al alcance de la mano para cualquier persona que quiera hacerlo.
El deseo sexual tiene que empezar por querer disfrutarnos a nosotras mismas. La masturbación, el autoerotismo es una parte imprescindible a cultivar.
Educar nuestros sentidos; el olfato a través de ambientes cálidos con olores agradables o que nos transporten a una escena sexual deseada; el oído buscando los sonidos del éxtasis o de la relajación; la vista observando imágenes que nos transmitan deseo directamente o privandonos de ella para agudizar el resto de sentidos; el gusto saboreando algún manjar o bebida que nos parezca exótica, también se puede estimular sobre la misma piel; y por último el más importante el tacto, si bien todos los sentidos nos hacen sentir, el tacto, para el deseo sexual es el sentido por excelencia. Acaríciate por el simple gusto de sentir y escucha lo que te dice tu cuerpo y tu mente.
La realidad de muchas mujeres es que nuestra respuesta sexual pasa por un deseo escaso, una excitación a posteriori y una meseta que ni siquiera se acerca al orgasmo. Nos faltarían aún 3 fases más para completar una respuesta sexual satisfactoria. Si a eso le añadimos la falta de estímulos que trae la rutina y la falta de educación sexual que nos enseña la importancia de mantenernos autoerotizadas tenemos una bomba que nos explota con un deseo hipoactivo como resultado. Y qué quiero decir con todo esto. Pues que es normal no tener ganas de sexo, de ningún tipo, si nos supone un esfuerzo no recompensado.
Cada persona es responsable de su placer lo que no quita que en el juego del sexo nos preocupemos en dar y recibir.
Como resumen: la mejor manera de pensar en recuperar el deseo sexual es haciéndolo para una misma. Busca tu parte más erótica y sácala para ti. Disfrútate, mímate y empieza a querer tener orgasmos contigo misma. El resto ya se verá…
Si te apetece recuperar el deseo sexual y empezar a trabajar sobre ello, no lo dudes ponte en contacto conmigo en sexfemenina@gmail.com
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Miriam Gómez