
Uno de los temas más difíciles de abordar tanto para mujeres como para hombres, incluso en pleno siglo XXI, es la sexualidad. No obstante, paradójicamente, si no existiese esta, nadie de los aquí presentes habría existido.
A pesar de todo esto, desde hace varios siglos, la sociedad ha señalado al sexo como algo tabú y que no debía ser tema de conversación. Ahora bien, ¿qué sucede cuando los prejuicios impiden que se pueda disfrutar de una sexualidad sana? Hoy lo vamos a desvelar en este artículo.
El papel de la autoestima en la sexualidad
Los cánones de belleza impuestos por la sociedad han hecho que muchas mujeres y hombres crezcan con cierta aprensión sobre sus cuerpos. Esto ha llevado a degradar su autoestima, sobre todo a la hora de establecer algún tipo de relación de pareja.
Los avances tecnológicos y las libertades que ha ido ganando la sociedad en los últimos años, han permitido que muchos se atrevan a adentrarse e indagar acerca de la sexualidad. Hoy, empieza a verse como una placentera y sana actividad humana que va mucho más allá de la simple reproducción.
Actualmente, es sencillo obtener información de diferentes fuentes, principalmente de páginas web. Existen algunas dedicadas a la difusión de temas relativos a la salud sexual y otras incluso más directamente orientadas al placer en sí mismo. Por ejemplo, Pinkcabaret, ofrece elementos ideales para compartir en la intimidad.
Sin embargo, aún existen muchos prejuicios que debilitan el amor propio de las personas. Y es que la imagen corporal que puede percibir cada uno afecta de manera directa su autoestima y su relación con el entorno. Por eso, es entendible que muchos se sientan cohibidos en el momento de llegar a tener una relación sexual tan solo de pensar cómo lo percibirá su pareja.
“Mejor lo hacemos con la luz apagada”, “Oscuro es mucho mejor”. Estas son algunas de las frases que estas personas suelen decir para así evitar mostrar su cuerpo desnudo y no sentirse tan mal.
El erotismo no debe estar bajo ningún concepto ligado a los estándares de belleza. El cuerpo es perfecto aún así con sus imperfecciones, así que es momento de empezar a amarse a sí mismo y demostrarlo frente al espejo, pero sobre todo en la intimidad frente a la pareja.
¿Cómo lograr una sexualidad sana sin prejuicios?
Así como desde pequeño nos enseñan a leer, a escribir, a cepillarnos los dientes, debería también enseñarse que el sexo es algo natural, sin tabúes, ni prejuicios. Tratar el tema con la verdad y seriedad que el tema necesita.
Y aunque aún hay tiempo para la generación que apenas va creciendo, para aquellos que recorren ya una edad más adulta, la situación puede ser un poco más complicada. Así que para alcanzar una sexualidad sana y placentera es necesario:
Conocerse a sí mismo
Desde muy temprana edad, los seres humanos experimentan la autoexploración. No obstante, esta natural tendencia suele ser coartada por parte de los padres. Es importante enseñarles que esa acción no es mala, siempre que se haga en la intimidad.
Cada parte del cuerpo suele reaccionar a los estímulos. Por eso, antes de estar con tu pareja, no está mal explorar el cuerpo, sentir placer y reconocerse.
Explotar la erotofilia
Solo dejando a un lado los tabúes y prejuicios es posible tener una actitud positiva en temas eróticos. Es importante dejar atrás los sentimientos de culpa, la falta de autoestima y los pensamientos negativos. La sexualidad es natural, tener sexo con una persona querida es algo bueno, ya sea por placer o para tener descendencia.
Amarse a sí mismo
El cuerpo es un templo perfecto, creado para ser amado y valorado por quien lo posee. Así que es momento de amarse, de aceptarse con lo bueno y lo malo. Solo de esta manera será posible disfrutar de una vida sexual sana, sin dependencias tóxicas o negativas.
Ser más asertivo
La idea primordial siempre será que vivas una sexualidad sana y eso incluye, no solo que te ames a ti mismo, sino que aprendas a dar tu opinión, a saber y decir qué te gusta y qué no en la cama. Cuando se trata de una pareja, es importante entender que el otro no es adivino ni lee la mente para saber lo que te gusta y esperas.
Así que debes siempre establecer tus condiciones, decir lo que quieres hacer y lo que quieres que te hagan. En la intimidad se debe practicar la escucha activa, es decir, ser empáticos y jamás burlarse del otro.
Siempre es mejor disfrutar sanamente
Finalmente, es importante que entiendas que tu sexualidad es tuya, es tu derecho y nadie te lo debe vulnerar.
Así que empieza a vivir una sexualidad sana y deja atrás todos aquellos cuentos de que el sexo es malo y que “de eso no se habla”. Hoy en día, muchas luchas se han librado para darle al ser humano el derecho universal de tener libertad sexual, de ser dueños de su cuerpo.
La sexualidad es algo individual, es una actitud y hacerla una actividad sana tan solo depende de cada individuo y de su autoestima. No se puede dejar que otros influyan en la manera en que se ve la vida en todo el sentido de la palabra.